Fuente: publicación del sitio Academia del Folklore Argentino
Dueño de una energía creativa difícil de moderar, vive para crear. Sus obras llegaron al Papa Juan Pablo II y al Nobel Federico Leloir, entre otras reconocidas figuras. De ellas emergen caballos, pájaros de distintas especies o guardas autóctonas. Patricio llegó a nosotros para traer la producción de sus creaciones el 27 de julio de 1949 en Bahía Blanca aunque hoy vive en Saldungaray (su elegido lugar). Su inicio en artesanía fue el cuero, y con Juan Vitale, en Bahía Blanca. Grabó en hueso, pasó al cuero de oveja, y más tarde al cuero virgen de vaca. Su producción hoy es múltiple.
Es, por ejemplo, responsable de diseñar en Coronel Pringles el monumento a los 500 años del Descubrimiento de América, así como también los portales de entrada a Saldungaray y a Coronel Dorrego. Si va por alla, recuérdelo. Más de un centenar de exposiciones mostraron su obra en Resistencia (Chaco); Trelew (Chubut); Cosquín (Córdoba); y desde luego en Capital Federal y Buenos Aires: Mar del Plata, Pigüé, Olavarría, Bragado (Buenos Aires) entre otros.
“pasa horas mirando a través de la ventana del pequeño taller de su vivienda, en Saldungaray, desde donde examina” y hasta filma? las caminatas de distintas aves, sus vuelos y ánimos. Tiene un claro objetivo: estudiar la naturaleza para lograr que parezca viva en su obra. ?No soy Da Vinci, ni nada por el estilo. No estudié dibujo y hago todo en base a impulsos, a ojo. Hago lo que me sale de acá ?dice el artesano mientras señala su pecho. De sus obras emergen caballos, pájaros de distintas especies, guardas autóctonas y gauchos sureros. Los íconos religiosos también ocupan un lugar privilegiado en su catálogo creativo? escribió de él La Nueva Provincia el 13 de Octubre de 2011.
Dibujo la silla que don Federico Leloir usaba en su lugar de trabajo. Su razón era clara: aunque algo desvencijada sostenía a un hombre muy grande que trabajaba para un mundo mejor, y lo hizo completando con el rostro de un niño que dirigía su mirada al científico como metáfora del futuro. Esto muestra el tipo de compenetración del artista con su objeto, muchas veces vivo y con trascendencia en la obra: una necesaria responsabilidad, a cubrir documentándose antes de cada creación.
Si los pirograbados realizados han llegado a la mayoría de los países de América y Europa, (como Nueva Zelanda, Australia, Japón, Pakistán, Israel, India, Francia, El Vaticano, entre otros), es porque al pintar su aldea pinta el mundo. Una muestra de su obra tanto en las pinturas “ornitológicas” como en sus pasiones folklóricas, son las imágenes adjuntas. Pero no se quede con esto: trate de acercarse a su obra, fascinante. Por todo esto, y para comunicarse con el artesano, le damos el contacto: patricio_barrrett@yahoo.com.ar