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Con gran éxito se llevó a cabo la 27º peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fátima, ubicada en Villa Serrana La Gruta.
En una mañana soleada y con fieles procedentes de distintos puntos del país, la peregrinación hizo vivir momentos de gran emoción a grandes y chicos que se acercaron con el propósito de participar de la Santa Misa y de poder realizar, al pie de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, las peticiones y agradecimientos correspondientes.
La Santa Misa fue presidida por monseñor Guillermo Garlatti y concelebrada con el párroco de Tornquist, Norberto López y sacerdotes de la colectividad portuguesa y de la región.
“Nosotros estamos invitados a unirnos a todos los obispos reunidos hoy (por ayer) en Portugal junto con el Patriarca Policarpo para consagrar a la Virgen de Fátima al Papa Francisco y a su ministerio pastoral. Con piedad, fe, confianza y un corazón lleno de alegría le pedimos al Señor que conserve, ilumine y guie al Papa para que se entregue a su ministerio”, manifestó ayer monseñor Garlatti.
“Estamos viviendo el año de la fe, la misma que recibimos en el bautismo y que se consolida en nuestros corazones en la confirmación. Debemos retenerla fielmente para que ilumine nuestros pasos en todos los ámbitos donde nosotros estemos presentes, sino que también nos comprometemos como cristianos a comunicarla a nuestros hermanos”, agregó.
Asimismo, señaló que el verdadero cristiano debe sentirse discípulo de Cristo en la acción cotidiana de llevar la palabra de Dios a todos lados y durante toda la vida.
“Los cristianos debemos estar en estado de misión permanente, eso es lo que nos pide nuestro Papa Francisco. Es necesario salir a las periferias geográficas y también a las del corazón porque hay muchos barrios y vecinos que están esperando la visita del pueblo misionero cristiano”, enfatizó.
“Pidamos a la Virgen de Fátima por todos los cristianos que están aquí, en la Argentina y el mundo para que nos proteja y nos mantenga firme en la fe a través de la oración y la conversión personal”, aseveró.
Una vez finalizada la Santa Misa, trasladaron la imagen de Fátima por el amplio predio del Santuario, mientras los peregrinos, con lágrimas en sus ojos, agitando sus pañuelos y arrojando pétalos de flores al paso de la Virgen, marcó uno de los momentos más emotivos de la jornada.
PROCESIÓN. La actividad comenzó durante el atardecer del sábado con la tradicional peregrinación al Santuario de Fátima, la cual reunió alrededor de 1500 personas que portaron velas en sus manos (ofreciendo un marco espectacular para quienes transitaban por la ruta 76), mientras acompañaban el trayecto de la Virgen por distintas calles de la villa serrana.
El frió atardecer, no impidió que los peregrinos marcharan por las calles rezando y cantando hasta que la imagen llegó hasta la iglesia ubicada en la cima de un cerro, donde posteriormente se celebró una misa.
TESTIMONIOS.
“Hace varios años que vengo junto a mi familia y amigas. Mi tía fue una de las precursoras de este lugar y una de mis hermanas es integrante del coro que, cada año, alegra esta peregrinación con sus canciones. Este lugar ha evolucionado a través de los años y cada vez está más lindo. Vengo a agradecerle a nuestra Madre del Cielo, a pedirle y también a cumplir una promesa que tenía desde hace algunos años atrás”. María Dolores, de Merlo.
“Cuando participas de la peregrinación sentís cosas muy lindas en el corazón. Cada año que vengo se vive de una manera especial. Soy portuguesa y tener a Nuestra Señora de Fátima en este lugar es algo maravilloso que me emociona mucho. Recuerdo que en los comienzos en el Santuario no había nada y debíamos ir trepando el cerro. Hoy, no solo creció en comodidades, sino que se construyó una iglesia”. María, de Libertad.
“Es la tercer peregrinación a la que asisto y la primera vez que formé parte de la peregrinación de velas acompañando a la Virgen. Este lugar es hermoso, místico y se vive cada experiencia con mucha intensidad. Me acompañaron mi esposo y un grupo de amigos. Primero vengo a agradecerle a nuestra Madre por todo lo que nos brinda y luego a pedir por quienes más necesitan”. Teresa, de Pigüé.
“Vengo a compartir un momento de fe con mis amigos a agradecer y también a pedirle a nuestra Madre. Todos somos protegidos por el manto de la Virgen y debemos abrir el corazón para dejarnos cuidar y amar. Yo siento que la Virgen siempre me protege, me cuida y me guía en cualquier lugar en el que me encuentre. Confío en ella y en su hijo Jesús”. Mirta, de Buenos Aires.
“Venir a este lugar es ingresar al corazón de nuestra Madre del Cielo. Ella nos abre sus puertas y las gracias que recibimos acá son las conversiones interiores. La gente de la región tiene que saber que La Gruta se ha transformado en un imán para los peregrinos y debemos estar dispuestos a sentir el calor de la Madre y la fuerza espiritual que ella nos transmite. La fe es el regalo que Dios nos dio y aquí queda demostrado con la presencia de cada uno de los fieles”. Aldo, de Pigüé.
“Soy paraguayo y hace dos años que tengo la posibilidad de participar de la peregrinación junto a mi familia y unos amigos. Desde los 15 años que soy devoto de Nuestra Señora de Fátima y, con los años, también se aferraron al amor de nuestra Madre mis hijos. Debemos confiar en ella. Vengo a pedir para que los jóvenes se alejen de las drogas, de la violencia y para que haya paz social en nuestro país, en la Argentina y en el mundo. Debemos abrir nuestro corazón y saber que nuestras vidas cambiarán para mejor si caminamos junto a Dios y la Virgen. Roberto, de Benito Juárez.
RODRIGO SGAMMINI – LNP