Este lunes 2 de septiembre ingresa a las mesas de entrada del Municipio y del HCD la presentación que realizamos solicitando que se gestionen fondos y se asigne un presupuesto para la cultura en Sierra de la Ventana que contemple el alquiler de una casa adecuada, el pago de los servicios esenciales: agua, luz, gas, teléfono, internet, el mantenimiento general edilicio y, asimismo, se destine un personal de planta, contratado o de planes sociales para las tareas de portería y limpieza.
Somos ciudadanos de un país en el que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por la Constitución, por eso hacemos uso de nuestro derecho constitucional de iniciativa para presentar proyectos y de peticionar a las autoridades con argumentos fundamentados en hechos que están a la vista: la población estable de Sierra de la Ventana ha modificado composición debido a su incremento de los últimos años; hay muchos niños creciendo en el pueblo y adolescentes que no hallan en que emplear su tiempo libre exponiéndose a los riesgos que propone una sociedad que no canaliza sus energías ni atiende sus necesidades creativas; cada vez más, los jóvenes eligen no irse lejos para realizar sus sueños pero tampoco se resignan a vivir desprovistos de las posibilidades de generar y recibir cultura; las personas que hacen arte de todo tipo y calidad, reclaman su derecho a expresarse en su propio lenguaje y, ¿por qué no? a que se convierta en una fuente laboral.
La carencia de un espacio físico donde hacer cultura en Sierra de la Ventana es histórica. Existe, desde hace al menos una década, el proyecto de erigir una construcción nueva o el de acondicionar los galpones que pertenecían al ferrocarril para albergar a la Biblioteca Popular “Mariano Moreno” y al Hogar Agrícola “Paula Albarracín”, instituciones ambas que desarrollan sus actividades en edificios que se hallan en condiciones deplorables. Nada ha ocurrido en ese sentido pero hace bien poco supimos por los medios de comunicación que el Secretario de Turismo, Cultura y Deportes, informó a los Concejales que “el proyecto para hacer un Centro Cultural en las tierras que fueron adquiridas al ONABE es muy completo y costoso, por lo que se solicitó presupuesto para el acondicionamiento de un galpón e instalar en él al Museo Histórico de Sierra de la Ventana para que pueda comenzar sus actividades lo más pronto posible”.
Los datos de esta realidad nos impulsaron a iniciar una fuerte CAMPAÑA POR UNA CASA DE LA CULTURA EN SIERRA DE LA VENTANA que fue acompañada por una gran cantidad de vecinos y cuya primera etapa finaliza con la presentación arriba enunciada. La idea de tener una casa para hacer cultura no surge del capricho de algunos sino de la necesidad urgente que tiene nuestra localidad de contar con un espacio techado, cómodo, digno donde hacer cultura en un ámbito de trabajo colectivo pues la CULTURA, al revés de lo que muchos piensan, no es una sumatoria de eventos para entretener sino el compendio de conocimientos adquiridos, el grado de desarrollo artístico, científico e industrial que determinan los modos de vida y costumbres de una sociedad. Nosotros somos las horas en que trabajamos y también las del descanso, la comida que preferimos y la música que nos gusta, como celebramos nuestras fiestas y como compartimos la tristeza. Como hacemos lo cotidiano y lo extraordinario es lo que, realmente, nos identifica.
Una Casa de la Cultura no tiene, en nuestro pensamiento, el propósito de la diversificación de intereses sino que, por el contrario, adquiere el valor simbólico de la aglutinación de todas las expresiones culturales del pueblo. Es el diseño de un proyecto cultural que incluye en sus intenciones a la biblioteca con su particularidad técnica, su extensión cultural, la Feria del Libro que auspicia; al Hogar Agrícola, como escuela de artesanía que convoca a tomar sus cursos a numerosas personas año tras año y al Museo Histórico, encargado de preservar el patrimonio de la comarca. Y tiene también el valor de la factibilidad porque si tenemos una casa podremos, mediante la ejecución de diversas actividades socio-culturales y artísticas, recuperar la historia, fortalecer los lazos de la identidad y posicionar a nuestro pueblo como destino de turismo con un rico corredor cultural.
Los habitantes en general y los artistas en particular, tenemos derecho a desarrollar nuestras inquietudes sociales, educativas, culturales en el lugar que elegimos para vivir, para imaginar, para producir ideas, para promover valores y prácticas que contribuyan a revertir situaciones de exclusión y a fortalecer el capital cultural de nuestra comunidad.