El 24 de marzo de 1976 una banda de asesinos amparados en las fuerzas de sus armas depone el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, desatando el período más negro de la historia argentina.
Con la excusa de reorganizar la Nación, pergeñaron y desarrollaron la más grande masacre y desapariciones de miles de ciudadanos que se atrevieron a pensar distinto.
No solo masacraron en una represión interna, sino que presagiando su final ante el descontento popular resolvieron que nuestro país debía ir a la guerra para la recuperación de las Islas Malvinas, guerra que cobró las vida de cientos de jóvenes Argentinos.
Derrotados en Malvinas, no tuvieron otra opción que abrir los armarios donde escondían las urnas. Los partidos políticos empezaron a rearmarse luego de años de prohibición apurados por la necesidad del sentir democrático de la población.
Desde la clandestinidad, Raúl Alfonsín se expresaba de la siguiente manera: “toda mi vida he sostenido la necesidad de comprender que la democracia exige muchas veces el sacrificio de parte de los objetivos propios para poder defender los grandes principios que la sustentan. No se puede concebir la lucha por la democracia y el gobierno del pueblo, sin el pueblo. No se trata de procurar el gobierno para un sector, sino de restaurar en los hombres de nuestro país la convicción de que pertenecen a una sociedad y que el destino de esa sociedad les pertenece, de manera que pase lo que pase con la Argentina será lo que los argentinos quieran que pase”.
El 30 de octubre de 1983 triunfa la fórmula presidencial de la Unión Cívica Radical encabezada por el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín y Víctor Martínez como vice, asumiendo sus cargos el 10 de diciembre de ese año dando fin a la larga noche del autoritarismo.
Inmediatamente, en un hecho nunca visto en la historia mundial, un gobierno democrático recién electo, ordena el procesamiento de los integrantes de la dictadura que nos había gobernado durante 7 años pronunciándose el tribunal que los juzgaba por la condena de los dictadores asesinos.
A 30 años de la recuperación de la Democracia queremos agradecer y recordar al Presidente Raúl Ricardo Alfonsín con palabras con las que el finalizaba sus discursos y que son parte del Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, ya que no fue una salida electoral, sino una entrada a la vida:
Gracias por constituir la unión nacional, por afianzar la justicia, por consolidar la paz interior, por proveer a la defensa común, por promover el bienestar general y por asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar en el suelo argentino.
Comité de Distrito Tornquist- Subcomité Saldungaray – Juventud Radical Distrito Tornquist