Pasaron 38 años desde aquella gesta heroica y, cada año, reconocemos y rendimos tributo a quienes ofrecieron sus vidas.
Ninguna lucha es en vano. Cuando se llega a esa instancia es porque se pretende vencer al orgullo, a la soberbia, las ambiciones desmedidas, la injusticia, la intolerancia…
Aún estando unidos como Nación, no logramos recuperar lo que se nos ha arrebatado, las Malvinas.
El enemigo era y es visible.
Eterna gratitud a quienes quedaron, para siempre en las heladas tierras y a aquellos que regresaron y nos recuerdan que formaron parte de esa época rodeados de MUERTE.
Hoy, abril del 2020, como argentinos, nos toca librar otra batalla, esta vez, contra un enemigo invisible. Para ello es necesario que cada uno ocupe el lugar que le corresponde con responsabilidad, solidaridad, honestidad y respeto.
Este frente de combate nos tiene que encontrar fortalecidos como ciudadanos. Estamos escribiendo, cada día, el libreto de la VIDA sobre un escenario de incertidumbre.