Asociación Rural de Tornquist.
La sucesión de diversos gobiernos, de distintos colores políticos, que han administrado el Estado con total impericia, lo han convertido en un remedo caricaturesco de lo que debe ser.
Desviado de su sentido por manipulaciones, saqueado por corrupciones, tergiversado por ambiciones e intereses ilegítimos, ya no es el representante nato del interés general de la sociedad, sino un ente paralelo a ella, separado por una profunda grieta de la realidad de los ciudadanos.
El egoísmo corporativo de la política, lejos de ser el respaldo del bienestar y el desarrollo, se ha convertido en el peor de sus escollos. Basta con constatar que no es verdad que la Nación Argentina haya quebrado económicamente varias veces: siempre, aún en las peores crisis, ha sido capaz de producir más bienes y servicios de los necesarios para la subsistencia de toda ella; los productores damos fe y somos prueba de ello. El que quebró financieramente fue el Estado, por sucesivas administraciones disparatadas, derramando sobre la ciudadanía sus fracasos.
La incertidumbre sobre el futuro institucional, que demuestran las permanentes violaciones al sistema republicano provocadas por decisiones, gestos y opiniones desde los más altos rangos gubernamentales es preocupante.
Desde CARBAP entendemos que no es verdad que nuestra Constitución Nacional esté obsoleta para regir las nuevas necesidades aparecidas desde su creación. Solo una opinión intencionada puede sostener tal falacia. Por el contrario, está viva en su espíritu, principios y valores que la inspiraron en su origen, y su texto unívoco está plenamente vigente, pese a los enormes esfuerzos de algunos en degradarlo y desestabilizarlo con falsas interpretaciones, pecado en el cual ha colaborado la decadencia de la calidad de la Administración de Justicia.
Damos fe desde nuestras comunidades rurales, que en ella encontramos el respaldo para el desarrollo de nuestras vidas y actividades, pese al cada vez más frecuente desamparo de nuestros derechos ante el poder público, que no solo desatiende su obligación de garantizarlos, sino que los atropella cada vez que le conviene a sus intereses o ambiciones.
Ante tal panorama es que CARBAP DECLARA su férrea decisión de defenderla, en beneficio de todos; su voluntad de exigir con firmeza una profunda recomposición de las conductas públicas que nos asegure un Poder Ejecutivo respetuoso de la división republicana de poderes; un Poder Legislativo compuesto por ciudadanos que ganen, cada uno, su representación, sin depender del partido ni mucho menos de un jefe político que lo instale en una banca, y que tenga como límites el mandato de sus electores y su propia conciencia; un Poder Judicial con jueces de carrera con ascenso por mérito, independientes, objetivos y probos.
Como ciudadanos y productores agropecuarios aspiramos pues nada más y nada menos, que a recomponer nuestras actuales instituciones, restablecer el estado de derecho destruido por el reiterado ejercicio espurio de las funciones públicas, revirtiendo la persistente tendencia a imponer en vez de proponer, de presentar hechos consumados en vez de consultar y dialogar, de vivir haciendo excepciones prebendarias, de declarar emergencias ante crisis que se provocan en y desde el propio Estado, y usarlas para la arbitrariedad y las tendencias totalitarias.
CARBAP entiende que, hoy más que nunca, es necesario dar señales que generen confianza para las inversiones de corto y largo plazo, en donde decisiones como la del avance sobre la propiedad privada –decisión de expropiación de Vicentin- o de generar mayor inseguridad jurídica –reforma judicial- no aportan en ese sentido.