La declaración de la 68º Asamblea Anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que concluyó el pasado 16 de octubre en San Pablo (Brasil) bien podría quedar en la historia del periodismo como una curiosa muestra de contradicciones. Es que mientras por un lado reclama “cumplimiento de normas legales”, por el otro condena las “leyes regulatorias”, en obvia alusión a la Ley de Medios, una de las normas más discutidas, consensuadas y apoyadas parlamentariamente en la historia argentina. Bien cabría preguntarle ¿en qué quedamos? ¿Qué ley pretende defender la SIP? La respuesta está en la declarada intención de ese organismo de enviar una misión a nuestra país para defender al Grupo Clarín (paradójicamente, que se niega a cumplir la Ley de Medios) y a cuyos medios califica como “los pocos que hoy informan con independencia del relato oficial”. Tal afirmación no puede ser tomada de otro modo que como un severo agravio a los cientos de empresas periodísticas que en Argentina cumplen responsablemente su tarea, y que no pertenecen a ese monopolio. Por si fuera poco, las “noticias” difundidas por ese grupo monopólico bien podrían competir en certámenes humorísticos, ya que un altísimo porcentaje de las mismas desafían las más elementales prácticas periodísticas.
La anunciada “visita” de la SIP en aras de la defensa de la libertad de prensa llevó a que editores gráficos de todo el país le exigiéramos que nos escuche. Queremos contarle al nuevo presidente de la SIP, el ecuatoriano Javier Matillas, sobre las prácticas monopólicas que silencian a las voces de las regiones.
Queremos decirle que en los medios audiovisuales los contenidos regionales son sepultados por interminables sucesiones de nada, que se multiplican, repiten y hasta citan a sí mismos de una a otra punta del control remoto. Nos gustaría que nos dijera si, a su entender, no se trata de una flagrante violación al derecho ciudadano a la información.
Queremos informarle al Señor Matillas, que entre otras cosas, los editores de diarios y periódicos consideramos un logro la declaración de utilidad pública de pasta de celulosa para papel prensa, ya que puso fin al cupo, medida que nos negaba páginas para poder informar y ampliar contenidos para nuestros lectores.
En fin, a los editores de diarios y periódicos nos gustaría comentarles a los representantes de la SIP muchas violaciones al derecho a la información y hasta a los derechos humanos cometidas a diario por los grupos monopólicos de prensa. Por eso vamos a exigirle que, si vienen a nuestro país, escuchen lo que tenemos para decir sobre libertad de prensa.
(*) Secretario – Dypra
Diarios y Periódicos
Regionales Argentinos