Don Torcuato, 20 de septiembre de 2011
De mí mayor consideración
Me dirigo a ustedes para manifestarle mí indignación y malestar frente al trato autoritario, descortés y abusivo que recibimos un grupo de profesores, este mes por parte del Guardaparque Cristian Peterson, quien privó a un contingente de 60 alumnos secundarios que habían abonado la tarifa establecida para el ascenso de realizar la excursión al Cerro Ventana.
De mí mayor consideración
Me dirigo a ustedes para manifestarle mí indignación y malestar frente al trato autoritario, descortés y abusivo que recibimos un grupo de profesores, este mes por parte del Guardaparque Cristian Peterson, quien privó a un contingente de 60 alumnos secundarios que habían abonado la tarifa establecida para el ascenso de realizar la excursión al Cerro Ventana.
El objetivo de esta denuncia radica en tratar de evitar que desagradables situaciones como la que vivimos vuelvan a reiterarse, ya que actitudes como la adoptada por esta persona -de dudosa idoneidad para desempeñar la función que ejerce- lesionan gravemente el entusiasmo de los adolescentes por desarrollar actividades educativas en contacto con la naturaleza, la posibilidad de que se conozca y se propague la riqueza de uno de los tesoros turísticos más importantes de la provincia de Buenos Aires, y no se condicen con el sentido del respeto y la vocación de servicio que deberían guiar la acción de un funcionario público.
A continuación, les brindo un sintético relato del suceso que motivó este reclamo que, esperamos, sea atendido, con el fin de realizar las correcciones pertinentes en pos de salvaguardar el interés de miles de estudiantes por vivir la enriquecedora experiencia de visitar este inigualable paraíso natural bonaerense, de preservar la creciente actividad turística y de no obstaculizar el desarrollo económico local derivado de este fantástico punto de atracción que forma parte año tras año del cronograma de campamentos para la institución en la cual trabajo.
Nuestro contingente, integrado por chicos de entre 15 y 16 años, y docentes responsables, se encontraba instalado en Sierra de la Ventana. Dos días antes del incidente, le habíamos consultado al guardaparque, en la base del cerro, el horario de ingreso y las tarifas para concretar el ascenso. En esa oportunidad, se nos informó que la hora límite para iniciar la subida eran las 10 am.
La idea original era realizar la excursión el miércoles, por lo cual abonamos los correspondientes tickets. Pero luego, desistimos de ascender ese día debido a que los profesores a cargo consideramos que no era lo más aconsejable debido a las fuertes ráfagas de viento que se registraban.
En consecuencia, (ya con el ticket abonado), retornamos al día siguiente (jueves) con el grupo de 60 estudiantes –que llevaban el calzado y la indumentaria adecuada- con la intención y la ilusión de emprender el paseo. Allí fue cuando, haciendo gala de sus pésimos modales, de una llamativa actitud soberbia, y sin presentarse previamente, el guardaparque Peterson –a quien identificamos con posterioridad- nos prohibió el ascenso a las 10.06 am aludiendo de manera inflexible, autoritaria y por lo menos descortés que habíamos excedido por “6 minutos” el horario establecido por reglamento.
Nuestra indignación fue aún mayor al advertir que a otras personas sí se les permitía emprender la subida y que familias con chicos de entre 7 y 10 continuaban a las 10.45 iniciando el recorrido. Ante esa situación, nos respondieron que las “familias” tenían permitido comenzar el ascenso hasta las 11.
Si bien reconocemos que era reales los “6 minutos” de atraso con relación al horario establecido, consideramos que debería haber existido una actitud flexible frente a este caso particular, atendiendo que se trataba de un contingente numeroso (con las dificultades que acarrea el traslado de 60 adolescentes que se vieron privados por una traba burocrática de cumplir el objetivo para el que habían viajado) y que ya había abonado la correspondiente tarifa para realizar el anhelado ascenso.
Por otro lado, no justificamos y repudiamos enfáticamente el “maltrato” recibido por parte del guardaparque Peterson, y de uno de sus superiores que llegó cerca de las 11 y se identificó como “Aníbal”, quienes no obraron con el decoro, la educación, el respeto y la vocación de servicio que deberían ser propias del relevante rol que ejercen.
De acuerdo a testimonios recabados luego en Sierra de la Ventana, al parecer este tipo de situaciones que atentan contra la actividad turística y comercial, y contra el desarrollo económico de la zona, se producen con alarmante frecuencia. Sin más, agradeciendo su amable atención, y esperando que se subsanen los inconvenientes expuestos, lo saluda atentamente.
García Rocío
Prof. Nac. de Educación Física.
rociogarcia085@hotmail.com
A continuación, les brindo un sintético relato del suceso que motivó este reclamo que, esperamos, sea atendido, con el fin de realizar las correcciones pertinentes en pos de salvaguardar el interés de miles de estudiantes por vivir la enriquecedora experiencia de visitar este inigualable paraíso natural bonaerense, de preservar la creciente actividad turística y de no obstaculizar el desarrollo económico local derivado de este fantástico punto de atracción que forma parte año tras año del cronograma de campamentos para la institución en la cual trabajo.
Nuestro contingente, integrado por chicos de entre 15 y 16 años, y docentes responsables, se encontraba instalado en Sierra de la Ventana. Dos días antes del incidente, le habíamos consultado al guardaparque, en la base del cerro, el horario de ingreso y las tarifas para concretar el ascenso. En esa oportunidad, se nos informó que la hora límite para iniciar la subida eran las 10 am.
La idea original era realizar la excursión el miércoles, por lo cual abonamos los correspondientes tickets. Pero luego, desistimos de ascender ese día debido a que los profesores a cargo consideramos que no era lo más aconsejable debido a las fuertes ráfagas de viento que se registraban.
En consecuencia, (ya con el ticket abonado), retornamos al día siguiente (jueves) con el grupo de 60 estudiantes –que llevaban el calzado y la indumentaria adecuada- con la intención y la ilusión de emprender el paseo. Allí fue cuando, haciendo gala de sus pésimos modales, de una llamativa actitud soberbia, y sin presentarse previamente, el guardaparque Peterson –a quien identificamos con posterioridad- nos prohibió el ascenso a las 10.06 am aludiendo de manera inflexible, autoritaria y por lo menos descortés que habíamos excedido por “6 minutos” el horario establecido por reglamento.
Nuestra indignación fue aún mayor al advertir que a otras personas sí se les permitía emprender la subida y que familias con chicos de entre 7 y 10 continuaban a las 10.45 iniciando el recorrido. Ante esa situación, nos respondieron que las “familias” tenían permitido comenzar el ascenso hasta las 11.
Si bien reconocemos que era reales los “6 minutos” de atraso con relación al horario establecido, consideramos que debería haber existido una actitud flexible frente a este caso particular, atendiendo que se trataba de un contingente numeroso (con las dificultades que acarrea el traslado de 60 adolescentes que se vieron privados por una traba burocrática de cumplir el objetivo para el que habían viajado) y que ya había abonado la correspondiente tarifa para realizar el anhelado ascenso.
Por otro lado, no justificamos y repudiamos enfáticamente el “maltrato” recibido por parte del guardaparque Peterson, y de uno de sus superiores que llegó cerca de las 11 y se identificó como “Aníbal”, quienes no obraron con el decoro, la educación, el respeto y la vocación de servicio que deberían ser propias del relevante rol que ejercen.
De acuerdo a testimonios recabados luego en Sierra de la Ventana, al parecer este tipo de situaciones que atentan contra la actividad turística y comercial, y contra el desarrollo económico de la zona, se producen con alarmante frecuencia. Sin más, agradeciendo su amable atención, y esperando que se subsanen los inconvenientes expuestos, lo saluda atentamente.
García Rocío
Prof. Nac. de Educación Física.
rociogarcia085@hotmail.com