El estado de abandono y falta de funcionalidad de la red ferroviaria en el territorio Argentino y particularmente de la Provincia de Buenos Aires es claro y evidente.
El bicentenario de la Revolución de Mayo significó en la comunidad la necesidad de revisar actitudes y hechos históricos que se hicieron mal, que fueron negativos y que frenaron el crecimiento nacional.
No dudo que una de las cuestiones a rever, a revisar, a replantear, en síntesis, a rescatar, es el sistema ferroviario nacional en general y el provincial en particular. Pero no a la luz del luctuoso accidente lo dijimos el año pasado en proyectos en el congreso provincial.
No existe razón alguna que justifique que la red ferroviaria no pueda ser utilizada con el alcance para la cual fue creada y mantenida durante casi toda su existencia, salvo en los últimos años, tiempo en el que se abandonó a su suerte. Hemos sufrido un gran retroceso en los últimos 50 años. El ferrocarril en ese lapso ha perdido protagonismo en el mercado del transporte de pasajeros y cargas.
En los últimos quince años, ya agotado el modelo de gestión ferroviaria de la empresa estatal se produjeron cruciales reformas en la concepción y gestión del servicio ferroviario en algo distinto a lo que históricamente fue.
. En 1857 el Ferrocarril del Oeste, que unía Plaza Lavalle y Floresta fue el primero en funcionar en Argentina y construido totalmente con capitales nacionales.
Los primeros ferrocarriles se hicieron con el esfuerzo nacional, pero los gobiernos liberales hicieron una vergonzosa entrega a sociedades inglesas, cediendo tierras y garantizando tarifas y utilidades en base a los balances de las propias empresas cesionarias, cuyos gerentes o asesores muchas veces eran además funcionarios del gobierno.
No obstante esos capitales Ingleses y Franceses construyeron nuevos tramos para acceder a los puertos de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca y Neuquén. En 1870 había 772 kilómetros de vías. Desde entonces, y por varias décadas, en la Argentina se desató una verdadera fiebre ferroviaria.
En 1.900 la cifra había ascendido a 16.500 kilómetros de vías, cantidad que se duplicó en 1.915 cuando la Argentina, con 33 mil kilómetros, se colocaba entre los diez países con mayor kilometraje de vías férreas en todo el mundo.
La rápida extensión ferroviaria fue potenciada por el interés político de las presidencias de Avellaneda, Mitre, Sarmiento y Roca que utilizaron al nuevo transporte como un eficaz mecanismo para el control del territorio nacional que incluyo campañas militares para exterminar al indígena.
Si bien los ferrocarriles, en aquellos años, colaboraron para mejorar la recaudación de la aduana, fortaleciendo el dominio porteño sobre el resto de las provincias, mayor interés económico tuvieron los capitales extranjeros.
Fueron los ingleses, quienes encontraron en los trenes de carga un medio rápido y eficaz en el proceso de traslado de materia prima a zonas portuarias, para desde allí embarcarlas rumbo a Europa.
A principios del Siglo XX el desarrollo ferroviario impulsó el crecimiento agropecuario y sus exportaciones a Europa. Este desarrollo tuvo como contrapartida el estancamiento de la Argentina industrial. Fueron años en los que el País exportaba materia prima del viejo continente y la cambiaba por productos manufacturados, elaborados con esa misma materia prima. Esta situación fue denunciada por sectores políticos con sustento popular como Lisandro de la Torre o el propio Hipólito Irigoyen.
En 1947 de los 42 mil kilómetros de vías existentes 29 mil habían sido construidas con capital privado y extranjero. Capitales británicos financiaban el crecimiento de la red ferroviaria al tiempo que condicionaban el desarrollo de la industria nacional.
La nacionalización de los ferrocarriles se transformo en esos tiempos en una causa que sirvió a un proceso cultural con eje en la revalorización de lo nacional. Por ello, muchos celebraron en la estación Retiro, la estatización, para otros muy discutida ,el 1 de marzo de 1948.
La red , siguió creciendo hasta 1957 año en que se llegó a los 47 mil kilómetros de extensión. Desde entonces y hasta nuestros días se ha dado un retroceso gradual y sostenido en la misma hasta alcanzar el desastroso estado en el que hoy se encuentra. En 1992, cuarenta y cuatro años después de su nacionalización, los ferrocarriles volvieron a manos privadas. Antes de concretar aquel traspaso hubo despidos masivos para adaptarse a las exigencias de los nuevos concesionarios. Tan sólo en la línea del ramal Bartolomé Mitre había, en ese año, siete mil trabajadores. Cinco mil de ellos fueron obligados a retirarse “voluntariamente”. Fue un despiadado aporte a los crecientes índices de desocupación nacional .Circunstancia apoyada por los que hoy se dicen detractores del menemismo, quienes todavía tienen las manos rojas de aplaudir en forma alcahueta ,las distintas medidas, entre las que encontramos a la gran mayoría de las actuales autoridades provinciales y nacionales.
A fines de los años 80 los ferrocarriles tenían un número de empleados cercano a las 60 mil personas. Hoy no se llega a los 15 mil. Esos 45 mil puestos de trabajo desaparecidos no fueron el único costo social que el país pagó en aquel traspaso. El Gobierno nacional emplazó a las provincias, y les puso fecha, 10 de marzo de 1993, para que se hagan cargo de los servicios de carga y pasajeros. Desde aquel día se cerraron varios ramales y cientos de pequeños poblados repartidos en toda la geografía nacional se quedaron sin su medio de comunicación y transporte más esencial e importante.
En un trabajo titulado “La Argentina que desaparece” la socióloga Marcela Benitez resalta que en la actualidad existen 430 poblaciones, con menos de dos mil habitantes, que se encuentran en vías de extinción. El principal motivo ha sido la falta del paso del tren, la falta de transporte. La Provincia de Buenos Aires ha sido una de las Provincias mas afectadas por esta “desaparición” del tren. El vaciamiento comenzó en los años 90 pero continuó en forma acelerada pues las concesionarias posteriores no han hecho inversión alguna, a pesar de recibir cuantiosos subsidios del Estado.
Los operadores ferroviarios recibieron, solamente en el año l998, cerca de 318 millones de pesos en subsidios. Se calcula que a la fecha los concesionarios han cobrado más de dos mil doscientos millones de dólares en subsidios. Con ese dinero se podría haber construido el “Transpatagónico”, ramal que lleva una postergación de 100 años y que resulta clave para el desarrollo de las economías del sur de nuestro país.
Los ferrocarriles para un país con la extensión territorial de la Argentina son un medio de comunicación estratégico, clave para el desarrollo de las economías regionales, y también un medio de transporte de pasajeros mas económico. Las Empresas en manos del estado no se miden solamente por su resultado económico, sino por su trascendencia social.
En sus balances contables anuales, los ferrocarriles de países como España, Francia o Italia, dan pérdidas. En sus balances sociales marcan importantes ganancias en seguridad, rapidez, no contaminación y comodidad para el usuario, ya sea de cargas o transporte de pasajeros.
La privatización de las redes ferroviarias en la Argentina, con las características que se realizó, no tiene demasiados antecedentes mundiales. Lejos de pensar en tener formaciones de alta velocidad, los habitantes de la Provincia de Buenos Aires solo esperan que vuelvan a funcionar permitiendo el renacimiento de los pueblos del interior y la posibilidad de contar con un transporte mas económico y seguro de personas, productos y mercancías. Dos proyectos presentados el año pasado en la legislatura tenían por destino que se nos informara el detalle de los subsidios a nivel transporte provincial, montos y beneficiarios , si los montos eran fijos o guardaban proporción a la cantidad de personas transportadas, el objetivo era saber que se hacía con ese dinero. El segundo con varias hojas de estudios y sendos fundamentos le pedíamos al gobernador o inversión o gestión ante la Nación para lograrla, no respondió ni con palabras ,ni con hechos lo que nos lleva a pensar que esta distraído o mal asesorado, de las dos cosas es responsable.
Varios municipios de nuestra provincia son cruzados por el ferrocarril, y muy cerca de La Capital, la falta de barreras, paso a niveles adecuados, de cantidad de empleados necesarios, y un sin número de falencias visten de luto nuestra sociedad ,muy seguido.
Cuando vuelva a haber jabones en cantidad suficiente ,ya que lavándose las manos los han gastado a todos queremos ver a nuestras autoridades ,buscando responsables, pero sobre todo HACIENDO.
Espero, que las indagatorias no sean tan “rápidas”,como en el caso de un gobernador recientemente asesinado ,ya que si la muerte de una persona le causa a un imputado un stres tan grande que no puede declarar por mucho tiempo , la muerte de 51,podrían generar consecuencias mayores en el mismo sentido .La intendencia judicial ,tal vez siente al banquillo otra vez.
Nuestro país llegó a tener la red ferroviaria MEJOR de Sudamerica, y una de las mas extensas del planeta, ahora entre el desguace del menemismo, y la tarea del Kirchnerismo, hay sólo una diferencia un montón de dinero entregado de subsidio con una ausencia del estado en la inversión de los fondos. Podemos esperar algo de un gobierno que dejó en sede judicial las huellas claras que al anterior Sec.de Transporte los dueños de TBA, abonaban viajes de placer.
A usted señora presidente amante como pocos ,del uso de la cadena oficial esta vez el pueblo la esperaba ,pero su ausencia fue el único hecho ,con que nos transmitió su preocupación, recuerde que algún funcionario pudo haber incurrido en el delitos de incumplimiento de funcionario público .Los que conocen un poco de derecho pocas posibilidades le dan a la actuación de querellante del estado.
De aquellos ferrocarriles que abrieron el camino para que miles de pueblos nacieran, que crearon conciencia nacional, que permitieron crecimiento de la industria local, a estos que solamente se mantienen para cobrar subsidios, hay un abismo que se debe eliminar.
Que el “humor” que ha acompañado los festejos del bicentenario movilice a quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, y se logre comenzar a rescatar la red ferroviaria de la Provincia de Buenos Aires y de todo el País.
Dip.Provincial Aldo Luis Mensi