El reconocido periodista de Clarín, Ismael Bermúdez, fue reincorporado a sus tareas habituales, luego de que la patronal pretendiera jubilarlo con la ‘promesa’ de que sería retomado luego de un tiempo. La ‘reincorporación’ vendría acompañada por un sueldo inferior y como colaborador permanente, no como parte del staff. Bermúdez rechazó de plano estas condiciones. Ahora, como consecuencia de una movilización excepcional, tanto dentro como fuera de la Redacción, la patronal retrotrajo lo que era un despido; además, ha reconocido a Bermúdez la condición de trabajador efectivo que no tuvo en dos décadas y medio de trabajo en el diario -a pesar de que sus informaciones y comentarios se habían convertido en los más prestigiosos y leídos del matutino, en especial por los trabajadores jubilados y los actores sindicales, así como sus análisis económicos eran los más discutidos en los círculos especializados y por los lectores interesados.
La llamada ‘corpo’ ha sufrido un golpe en su manejo arbitrario de las labores del diario, pero algo similar le pasa a sus rivales oficialistas -que denostaron reiteradamente a este periodista y llegaron a exigir, incluso, una renuncia masiva del personal periodístico de Clarín. Lejos de elegir la retirada, los trabajadores produjeron un avance considerable en la lucha por los derechos laborales en el diario. La reincorporación de “Ismael” (como se lo conoce entre sus compañeros) sigue a la victoria que obtuvo, hace un par de meses, la lista anti-burocrática en la gráfica AGR-Clarín.
Los compañeros de Clarín, en las condiciones difíciles que supone no contar con una comisión interna ni con libertad sindical alguna por la política represiva de la patronal, se dieron a la tarea de juntar firmas para reclamar que el diario diera marcha atrás con la decisión. Bajo el título “Ismael debería seguir trabajando entre nosotros”, más de 120 periodistas del diario presentaron el reclamo a la patronal, mientras tanto en el diario como en el gremio el petitorio seguía cosechando adhesiones. Para ese entonces, éste se había extendido a economistas y abogados de un foro judicial significativo (el laboral y previsional), a otras comisiones internas del gremio y a figuras del ámbito periodístico gráfico, radial y televisivo.
La reincorporación de Bermúdez, lograda con la metodología de la movilización a cara descubierta, es parte de un proceso más general de resistencia de los trabajadores a las condiciones laborales de flexibilización y precariedad que rigen en todas las empresas del grupo. El año pasado, los periodistas de Clarín y Olé se sumaron a la lucha de todo el gremio de prensa contra el cierre del diario Crítica, mediante un aplauso ensordecedor de varios minutos en la redacción. Ya señalamos la enorme victoria reciente, lograda por los gráficos de AGR, primero con la reincorporación de Pablo Viñas a su puesto de trabajo, y luego con su triunfo, meses después, como cabeza de un nuevo cuerpo de delegados que desplazó a la burocracia moyano-ongarista en el taller.
El reingreso del compañero a la Redacción se produjo en medio de un sonoro y significativo aplauso. Este triunfo de los periodistas de Clarín y Olé es un gran paso adelante en la pelea de todo el gremio de prensa por la organización sindical en la empresa y, más en general, en la lucha por una paritaria victoriosa en la rama de los diarios de la Capital.
Como en AGR, los trabajadores de periodismo han hecho más contra la política anti-sindical de la “corpo” que ocho años de gobierno kirchnerista, en los cuales Tomada convalidó todos los atropellos a los trabajadores por parte del grupo.
Leo Villafañe