Para este sábado está programado el 3º Patio Cervecero, organizado por la Sociedad Germánica en sus instalaciones y, si el tiempo no lo permitía la idea era trasladarlo a un lugar cerrado.
Seguramente se repetirá el éxito del año anterior, donde hubo gente que no tomó las previsiones del caso y se quedó sin lugar para ser participe de una fiesta que contagia a propios y extraños.
Claro que, mas allá del evento de este sábado, todos se ilusionan con el “gran paso” que significaría, en un tiempo no muy lejano, la puesta en valor y, ¿por qué nó? la reinauguración del histórico salón de fiestas.
Precisamente sobre la marcha de los trabajos que se realizan en esa dirección tuvimos la oportunidad de charlar con Ricardo Scharff y Germán Scharff, dos de los permanentes colaboradores que, dicho sea de paso, se ilusionan para que en un tiempo no muy lejano, puedan bailar la tradicional danza alemana en el renovado salón.
Y de la entretenida charla surge un pedazo trascendental de la historia que, con lágrimas en los ojos, cuenta Ricardo. “Se logró recuperar una “vieja alcancia”, cuyo valor afectivo no se puede medir en el terreno de lo material.
Aunque, vaya paradoja, sí tiene que ver con lo material, porque precisamente en no mas de cinco de esas alcancias, construidas en chapa de zinc por don Juan Pablo Scharff, (abuelo de Ricardo), se logró recaudar en aquella época el dinero necesario que permitió construir el techo que hoy se esfuerzan por reparar.
Fragmento de una historia, próxima a cumplir cien años de vida.
httpv://www.youtube.com/watch?v=HYBelEbV5OI
httpv://www.youtube.com/watch?v=EUF94lQ_uJQ
httpv://www.youtube.com/watch?v=XzNBLs2VC6A