httpv://youtu.be/hkoKLNL_xXI
httpv://youtu.be/GAYKgukF15U
httpv://youtu.be/2CRR558Sjcs
El domingo se fue un luchador, un ejemplo de vida, un orgullo tornquinstense. A los 53 años dejó de existir Horacio Milano, que desde hacía varios años venía luchando contra la esclerosis múltiple.
Le había salvado la vida a su hijo Manuel, le permitió volver a nacer tras una transplante hepático, acción que no dudó en concretar cuando surgió la necesidad. Sí, dio la vida por su hijo menor.
Pese a las adversidades que se le presentaron a posteriori, Horacio nunca bajó los brazos y continuó con una de sus pasiones: la pesca. Fue un defensor de la siembra y control de salmónidos en la pesca con mosca con captura y devolución de truchas, y por ello escribió un libro denominado “Mintiéndole a las truchas”.
Pero ese no fue el único texto que sacó, ya que escribió “Altruista”, donde relató su lucha tras la aparición del problema de Manuel y lo que le tocó atravesar en su estadía en Buenos Aires, donde se le realizó el trasplante.
“Fue una gran satisfacción porque le pude devolver a la gente de Tornquist algo que me dio en esta lucha, que colaboró con la campaña inicial”, contó luego de la presentación del libro en 2012.
También relató que debió dejar a su hijo mayor Agustín con sus abuelos en Tornquist cuando debieron viajar a Capital Federal. “Tuve que desarmar mi familia, fue muy duro”.
El gran regalo que le dio la vida fue la llegada de su nieta Malena, hija nada menos que de Manuel. “Con ese acto, él me devolvió todo lo que necesitaba”.Dijo.
Este domingo se durmió en la paz del señor. Físicamente no estará pero su fuerza, su ímpetu y sus ganas de vivir lo traerán cada vez que lo recordemos a nuestra memoria.
Horacio dejó un legado en Marcela, su esposa y sus hijos Agustín y Manuel , junto a su nieta Malena. Esto seguramente marca a todos los que le brindaron su afecto en el corto período de vida.
Dijo una vez
“La vida hay que vivirla a pleno y saber disfrutar de cada día. Yo no sé si mañana me voy a poder despertar, por eso intento hacer todo lo que puedo de la mejor manera, brindándome al prójimo y sin guardarme nada”.
Hasta siempre Horacio.