26 de Julio de 1952 fallecía Eva Duarte de Peron, fallecia EVITA, nuestra EVITA. Le bastaron solo 33 años años de vida y apenas 6 de política para quedar en la memoria del pueblo argentino como el estandarte de la justicia social.
Todavía hoy en las Unidades Básicas se suele escuchar a algún compañero o compañera contar las historias de aquellas épocas, cuando recibieron de manos de Evita su primer bicicleta o su primera muñeca.
Así como fue amada por sus descamisados (como le gustaba llamarlos), también fue odiada y defenestrada por la oligarquía Argentina y los anti peronistas a tal punto que al momento de su muerte hubo sectores que celebraron su muerte.
Con respecto a esto nos permitimos humildemente citar a Eduardo Galeano en “Evita la amada de los mal queridos”.
“¡Viva el cáncer!, escribió alguna mano enemiga en un muro de Buenos Aires. La odiaban, la odian los biencomidos: por pobre, por mujer, por insolente. Ella los desafía hablando y los ofendía viviendo. Nacida para sirvienta, o a lo sumo para actriz de melodramas baratos. Evita se había salido de su lugar. La querían, la quieren los malqueridos; por su boca ellos decían y maldecían. Además Evita era el hada rubia que abrazaba al leproso y al haraposo y daba paz al desesperado, el incesante manantial que prodigaba empleos y colchones, zapatos y máquinas de coser, dentaduras postizas, ajuares de novia. Los míseros recibían estas caridades desde al lado, no desde arriba, aunque Evita luciera joyas despampanantes y en pleno verano ostentara abrigos de visón. No es que le perdonaran el lujo: se lo celebraban. No se sentía el pueblo humillado sino vengado por sus atavíos de reina. Ante el cuerpo de Evita, rodeado de claveles blancos desfila el pueblo llorando. Día tras día, noche tras noche, la hilera de antorchas: una caravana de dos semanas de largo. Suspiran aliviados los usureros, los mercaderes, los señores de la tierra. Muerta Evita, el presidente Perón es un cuchillo sin filo.”