Una nueva y concreta acción sumó el municipio en beneficio del medio ambiente: el desarrollo de la “Huella de Carbono”, una herramienta que permite conocer cuál es el impacto de nuestra actividad en el ambiente.
Contar con dicha información posibilita el desarrollo de políticas específicas para su reducción.
El pasado martes 19, se llevó a cabo en la Sala de Situaciones del municipio la presentación de la primera etapa del proyecto “Medición de Huella de carbono” realizado por el Grupo de Estudios en Ingeniería Ambiental (GEIA) de la Universidad Tecnológica Nacional, en el marco del convenio firmado con este municipio. Esta iniciativa surgió a través de Enrique Moreno, asesor de la Cooperativa Obrera, quien presentó la propuesta al municipio.
Los gases de efecto invernadero (GEI) surgidos de actividades humanas
(agropecuarias, ganaderas, industriales, etc.) generan mayores emisiones de GEI, lo que aumenta el efecto invernadero provocando el cambio climático y sus consecuencias.
Melisa Herrada, responsable del área de Medio Ambiente municipal expresó: “Este es el comienzo de un gran trabajo. Acá se muestra la problemática, y hay que empezar a buscar soluciones. Pero, para conocer el problema y empezar a trabajar, primero hay que saber el número de lo que realmente emite”.
Aloma Sartor, ingeniera y docente de la UTN, indicó que “el desafío es tener un diagnóstico y ver a donde vale la pena la estrategia para mejorar las acciones de los planes. Los residuos son una fracción importante de generación de emisiones y hay que tratar de mejorar su gestión recuperando elementos que no vayan a parar a los basurales. También el consumo eléctrico es muy importante en el impacto, ya que todavía tenemos una matriz energética basada en recursos no renovables. Por eso debemos trabajar en eficiencia-consciencia energética y cambiar, por ejemplo, las tecnologías de iluminación pública”.