El viejo sueño de convertir la sala médica Doctor Emilio Aldaya en un hospital menor, parece que finalmente se verá concretado en el año 2019. La “salita”, como cariñosamente se la nombra, finalmente tendrá la capacidad de atención necesaria para una población de las dimensiones de Sierra de la Ventana.
Las obras comprenden la construcción de una cocina, lavadero, sala de schok-room -que será más amplia y tendrá tres camas- y sanitarios. El lugar contará con cuatro habitaciones más -con dos camas cada una con baño privado- y se destinará la edificación actual para consultorios externos, mientras que la ampliación será para la internación y la urgencia.
“Es una necesidad que teníamos en el pueblo, y esto nos lleva a proyectar a 15 años en adelante, ya que debemos apostar y considerar el crecimiento local, que es insoslayable”, afirmó el director de la sala, Gustavo Díaz.
Al respecto, se mostró esperanzado de poder concluir con la totalidad de la obra durante este año.
“En primera instancia, los fondos llegan desde la Provincia y después se verá si hay que buscar en otro lugar; luego vendrá la etapa del equipamiento. Es costoso lo que sale construir en la actualidad, pero también hay entusiasmo para poder hacerlo. Creo que los pobladores nos merecemos tener un mejor confort y a eso también se tiene que apuntar”, dijo.
Díaz consideró la necesidad de sumar algún profesional médico más a la plantilla profesional de Sierra de la Ventana, aunque aclaró que es difícil sumar nuevos médicos que quieran residir en las poblaciones del interior.
“Indudablemente debemos pensar en el futuro. Por suerte hemos hecho un mejoramiento del plantel de enfermería, lo que nos permitió estar un poco más tranquilos. Además, de a poco se van cubriendo los cargos de los enfermeros que se jubilaron o se fueron”, explicó.
En cuanto a las ambulancias, recordó que hace un par de años, la unidad sanitaria recibió una ambulancia cero kilómetro desde la Nación, lo que les dio una gran tranquilidad ya que solo contaban con dos vehículos de este tipo.
“Hay un par que siempre está saliendo y la tercera queda para la localidad. En Caso de emergencia, todas están listas para salir siempre”, remarcó.
Una labor incansable
La cooperadora de la sala médica comenzó a funcionar en julio de 2003 a instancias de vecinos que buscaron la forma de colaborar y abastecer -en la medida de lo posible- las necesidades de la salita.
Su presidenta actual es Rosa Ester Sáenz, quien integra la comisión desde hace más de 15 años, y asegura que se trata de una labor muy grata, porque atender la necesidad de la sala es también ocuparse de la comunidad.
A través de la entidad se han logrado proyectos importantes, como la compra de un desfibrilador portátil o lo que vaya necesitando la salita.
“El doctor Díaz nos pide determinados elementos y nosotros vemos la posibilidad de adquirirlos. Lo último, más preciado y costoso es el ecógrafo que pudimos comprar hace tres meses. Antes la gente tenía que viajar a atenderse a otras localidades porque no alcanzaban los turnos privados en nuestra localidad”, recordó.
Otra de las compras que realizó la institución fue el nuevo electrocardiógrafo, ya que el anterior se había desgastado con el uso.
“También equipamos la ambulancia nueva con sábanas, toallas, equipos de radio y handies”, comentó.
Estas adquisiciones se hacen con fondos que nacen de la recaudación de la cuota social de 40 pesos y que pagan unos 250 socios.
Antes la cobranza se hacía a través de la cooperativa eléctrica local, pero ahora -por disposición estatal- esto no se puede hacer más.
“Tendremos que poner una cobradora, y eso significa un sueldo y que nos ingrese menos dinero -lamentó-. Nuestra idea es hacer una convocatoria a la comunidad para obtener más socios que nos ayuden”.
Hoy en día, la comisión cooperadora de la sala médica de Sierra de la Ventana está integrada por Rosa Sáenz, Cristina Zanatta, Graciela San Juan, María Cristina Chiali, Cecilia Gómez, Stella Maris Campos, Lidia Vázquez, Liliana Delco, Liliana Chazarreta, Olga Rivarola, Mariana Dos Santos, Sara Batelliy Mabel Sala.
Guardias activas
Los fines de semana hay guardia médica activa durante 12 horas del día, cantidad de horas que seguramente se verán duplicadas una vez finalizada la ampliación del edificio.
Una de las cosas que actualmente impide que la guardia activa sea de 24 horas, es que hoy no hay dependencias ni instalaciones para el médico en horas de noche.
FUENTE: LA NUEVA