“La Fábrica de Hielo y el importante rol de los repartidores”
Es el tema de la nueva trivia que quisimos compartir durante la semana que culmina y donde la gente también se vinculó acercando nombres, material fotográfico y hasta algún video que permite ilustrar aun más esta historia que nos permite retrotraernos varias décadas y mostrar algo tal vez desconocido para distintas generaciones.
Foto gentileza Adrian Marzialetti.
Norberto “Titi” Marzialetti cumpliendo su labor en la fábrica de hielo ubicada en el patio de la Municipalidad.
Norberto “Titi” Marzialetti
La fábrica de hielo estaba en el patio municipal que habia un tanque de agua de hierro y abajo la fábrica que era un piletón grande con agua que contenía varios líquidos. Eran dos tipos de barra de hielo, la grande que tenía 20 x 20 cms. y un metro de alto y la chica era de 20 x 10 x 1 mts. e alto.
Las barras iban dentro de la pileta con agua y otros elementos y se congelaban. Después se sacaban y se colocaban paradas pero al reves y se mojaban con manguera de agua hasta que se despegaban y luego las cargabamos en una villalonga de Bernabé Queral que adentro estaba cubierta de chapa liza de zinc. La chata era tirada por un caballo y saliamos al reparto de todo el pueblo. En esa época no habia heladera eléctrica, solo heladeras de madera algunas y otras tenian en el patio un pozo de 50 cms. de profundidad y ponian el hielo con la vevida cubierto con bolsas de arpilleras.
Todos los días se hacia el reparto dos veces y feriados de Navidad y Año Nuevo hasta tres veces por día. Lindos recuerdos
Con el serrucho (foto) cortábamos las barras en pedazos haciendo media barra o un cuarto de barra.
Hielero
Bernabé Queral pionero de ayer
hielero de oficio, no te olvidaré.
Villalonga verde con un caballito
las calles de Tornquist supo recorrer
llevando las barras de hielo muy blanco
que a cientos de clientes ibas a entregar.
Eran los comienzos de un pueblo pujante
que luchaban todos por un porvenir
En aquellos tiempos no había heladera
por eso el hielero importante fue.
Y en la vieja usina se vio en verano
cargar tantas veces al repartidor..
Hielero…. hielero su voz repetía,
mientras en cada puerta un trozo quedó.
Desde muy temprano se hacia el reparto
Santillán, Tapella y Jua Gavilán,
Titi Marzialetti trotando alegres
forjaban el sueño de un tiempo mejor.
El paso del tiempo borró aquel oficio
y no se recuerda al repartidor.
Tal vez una foto me traiga recuerdos
porque quiero verlos por última vez.
Norberto “Titi” Marzialetti.
Mi papá, Enrique Navas, trabajó en la fábrica de barras de hielo en el corralón de la Municipalidad