El radicalismo del distrito de Tornquist elaboró un video con motivo de cumplir 130 años la Unión Cívica Radical.
La UCR: 130 años de vida al servicio del país
“LA UCR es el partido del sufragio, de las libertades públicas, de los derechos sociales consagrados en la constitución, de los derechos humanos, de recuperación de la democracia; toda vez que el radicalismo se estanque alguien debe sacudirlo simplemente para recordarle su origen y los motivos de siempre”, expresó Carlos Antonio Gorosito.
“El radicalismo aparece en la vida política del país como la síntesis de los reclamos nacionales, populares, federales y democráticos. Frente a quienes estaban gobernando favoreciendo a los sectores extranjeros, con la exclusión de la participación del pueblo, de espaldas al interior del país y eligiendo a los gobernantes en conciliábulos entre las elites. La juventud juega un rol fundamental en el nacimiento de Unión Cívica Radical, esta se convocó y se manifestó contra el régimen político imperante en el meeting de Jardín Florida y en el Manifiesto del 1 de septiembre de 1889 pedían entre otras cosas: “Levantar como bandera el libre ejercicio del derecho del sufragio, sin intimidación y sin fraude condenar toda intervención oficial en los trabajos electorales”. Se constituyó entonces la Unión Cívica de la Juventud. En 1890 como consecuencia de ese movimiento expresado por la Juventud el 13 de abril de 1890 se formaría un nuevo partido en la Argentina: La Unión Cívica. Leandro N. Alem es elegido presidente del nuevo partido. El partido incluyó a líderes de las distintas tendencias de la sociedad de ese tiempo que se manifestaban contra el “Unicato” del entonces Presidente Dr. Miguel Juárez Celman. Allí en la Unión Cívica estaban los más diversos hombres como Francisco A. Barroetaveña, católicos como José Manuel Estrada y Pedro Goyena, personalidades como Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen, Juan B. Justo, Lisandro de la Torre, y hasta el ex presidente general Bartolomé Mitre. El 26 de julio de 1890 Alem encabeza un alzamiento revolucionario que a la postre produciría la renuncia del Presidente Juárez Celman y su reemplazo por el Vice Carlos Pellegrini. El primer párrafo del Manifiesto de la Revolución del ’90 sostenía: “El Patriotismo nos obliga a proclamar la revolución como recurso extremo y necesario para evitar la ruina del país”. Decían también en el Manifiesto: “Las instituciones libres han desaparecido de todas partes: no hay república, no hay sistema federal, no hay gobierno representativo, no hay administración, no hay moralidad. La vida pública se ha convertido en una industria lucrativa.” A los radicales siempre nos gusta destacar el papel jugado en la Revolución del ’90 por Elvira Rawson que además fue la segunda mujer en recibirse de médica en la Argentina. La Unión Cívica se había constituido en forma orgánica en todo el país. La Convención Nacional partidaria reunida en Rosario consagró como candidatos a presidente y vicepresidente a Bartolomé Mitre y Bernardo de Irigoyen. Pero luego Bartolomé Mitre pacto un acuerdo con Julio Argentino Roca, que ya había sido presidente y era el líder del Partido Autonomista Nacional (PAN), con una nueva fórmula encabezada por el propio Mitre. Ese acuerdo era convalidar el régimen que se estaba cuestionando. Conocido el acuerdo Alem se manifiesta en contra y se produce la división entre los Antiacuerdistas y los Acuerdistas con el Régimen. El 26 de julio de 1891 los seguidores de Alem formaron la Unión Cívica Antiacuerdista que el 2 de julio pasaría a llamarse Unión Cívica Radical y los seguidores de Mitre forman la Unión Cívica Nacional. De esta manera hace 130 años atrás nació nuestro partido: la UCR. El radicalismo sella una alianza con los sectores más desprotegidos de la sociedad cuando Alem sostiene que el partido representa la causa de los desposeídos. Sin el apoyo del pueblo hubiese sido imposible la conquista del voto popular, hubiese sido imposible enfrentar las estructuras del viejo régimen. No me voy a detener en seguir mencionando datos históricos del surgimiento de la UCR, solamente agregar que las Revoluciones de 1893 y 1905 impulsadas por el radicalismo contribuyeron a que el régimen terminara otorgando la posibilidad de votar al pueblo y así fue como el 10 de febrero de 1812 el Congreso de la Nación sancionó la ley 8871 que estableció el voto, secreto, obligatorio y universal masculino.
LA REVOLUCIÓN DEL VOTO Y LA DEMOCRACIA
El radicalismo produce la REVOLUCIÓN DEL VOTO y la INSTAURACIÓN D E LA VERDADERA DEMOCRACIA. El radicalismo no luchó en 1890, 1893 y 1905 para tomar el poder por las armas. Tomar el poder por las armas hubiese significado que el poder estaba en boca de los fusibles como pensaban los guerrilleros de los setenta. A un gobierno no se lo podía imponer a través de un levantamiento armado por popular que fuese. Los radicales de entonces lucharon por más de dos décadas para que hubiese elecciones libres, para que el pueblo se pudiese manifestar en forma soberana y lo lograron.
PRIMER GOBIERNO AUTENTICAMENTE DEMOCRATICO DE NUESTRA HISTORIA.
Con la elección de Hipólito Yrigoyen como Presidente en 1916 se inicia una política de reparación nacional, “no vengo a vengar sino a reparar” fue más o menos el pensamiento de Yrigoyen llevado a la acción, políticas de gran contenido social se dieron en su presidencia, y muchas otras otras vinculadas con el desarrollo del país. Yrigoyen primero, luego Marcelo M.T de Alvear y nuevamente Yrigoyen pusieron el país en marcha. El radicalismo significó la entrada a la modernidad en la política argentina, implicó la participación del pueblo en los mecanismos de decisión (con el voto) ,el ascenso social de los inmigrantes y sus hijos y de los orilleros, la Universidad abierta a todos, decisiones estratégicas como la creación de YPF, el avance en la implementación de los derechos sociales. Argentina se ubicaba en el ranking de los primeros países del mundo. La vocación política se despierta en mí durante la escuela primaria, me apasionaba la historia de mi país. Leía mucho en el único lugar donde podía leer alguien carente de recursos económicos como yo, que era la biblioteca pública de la ciudad (Biblioteca Bme. Mitre). Allí leí todos los libros de historia que pude leer y los vinculados con la historia del radicalismo y sus hombres. La Vida de Hipólito Yrigoyen: El hombre del Misterio de Manuel Galvéz; Yrigoyen de Felix Luna, El Radicalismo del Mañana de Ricardo Rojas, El Radicalismo de Gabriel del Mazo, Alem – El Hombre de la Multitud de Alvaro Yunque. Fueron algunos de los libros que influenciaron en mi formación partidaria. Pero debo decir que habiendo leído sobre historia argentina cuando llegué cronológicamente al año 1930, también llegué a la conclusión de que era radical. Mi padre era peronista y mi madre radical. Me convencí de que el radicalismo tiene una doctrina y filosofía que nos impulsa luchar por la dignidad del hombre libre, que el hombre es el alfa y el omega, el principio y fin de la existencia del partido, que más que un partido era un movimiento y como lo expresara Julio Oyhanarte en el radicalismo: “como en la hora primera de la Independencia, cabe todo el pueblo argentino”. Ya lo había sostenido Yrigoyen cuando dijo : ” los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos” . En junio de 1969 cuando todavía tenía 14 años y en diciembre cumpliría los 15 me acerqué al domicilio del Dr. Alejandro “Titán” Armendáriz, le comente que era radical y quería participar, yo tenía simpatía por Ricardo Balbín, cuya trayectoria política había seguido a través de la lectura. Más adelante en el tiempo Armendáriz me presentaría al Dr. Alfonsín y desde ese momento hasta el final de su vida, mi vida política estuvo ligada a Raúl Alfonsín. Carlos Arturo Armendáriz, más conocido por Carlitos, me presentó al Dr. Juan Miguel Curto y el Ing. Julio Fernando Volonte, ellos junto con Titán Armendáriz influyeron en mi formación política como Radical. El Dr. Curto sería además mi profesor de Educación e Instrucción Cívica en el Colegio Nacional y casi diariamente nos reuníamos en el Bar Rivadavia o en el Club Social con los ex Intendente radicales Dr. Hilario Armendáriz y Valerio de Iraola y yo escuchaba sus vivencias y anécdotas de sus militancias partidarias. Voy a obviar más detalles sobre mis inicios partidarios, es una obviedad decirlo pero la anécdota del inicio de mi militancia, es simplemente para graficar mi compromiso permanente con la UCR, que no abandoné nunca. A los 130 años del nacimiento de la UCR debo señalar que vi en el partido fundado por Alem el instrumento adecuado para trabajar por una sociedad más justa e igualitaria. Con el radicalismo por primera vez el pueblo accedió al gobierno por el voto popular. Cada vez que se interrumpía el orden institucional siempre estuvo luchando y ofrendando hombres y mujeres para recuperar la Democracia. En 1983 como abanderado de las luchas populares el radicalismo nos trajo nuevamente y para siempre de la mano de Raúl Alfonsín: La Democracia. Son ciento treinta años de aportes del radicalismo al país. Saladillo adhirió a la Revolución de 1890 y Francisco Landó fue designado Intendente Municipal, fue el Primer Intendente radical de Saladillo y el segundo después de la sanción de la Ley Orgánica de las Municipalidades en reemplazo del Dr. José Adrián Viale. Desde Landó a la fecha todos los Intendentes, dirigentes y militantes de la UCR han aportado al progreso y desarrollo de la ciudad, también 130 años el radicalismo sirviendo a Saladillo. Y en 130 años de historia el radicalismo de saladillo aportó al partido, allá ciudad y al país muchos de sus mejores hombres y mujeres, entre ellos el Primer Gobernador de la Democracia Recuperada el Dr. Alejandro “Titán” Armendáriz. El radicalismo ha tenido, tiene y tendrá las imperfecciones propias de la condición humana. Estuvo, está y estará integrado por hombres y mujeres de nuestra sociedad. Desde los tiempos fundacionales ha perseguido objetivos nobles. A 130 años del nacimiento de la UCR debemos seguir siendo radicales y sumar más radicales a la vida partidaria y por lo tanto a la vida cívica del país. Tenemos el sufragio y la vigencia plena del sistema democrático uno de los objetivos fundacionales de la UCR. Pero la desigualdad se ha profundizado, los índices de pobreza e indigencia del país hablan por sí solos. Nacimos como una Unión Cívica y preconizamos la Unión Nacional: pero vivimos tiempos de grietas profundas, debemos superar la grieta y la UCR puede y debe hacer su aporte.. Debemos seguir en la lucha para defender la calidad institucional y la vigencia plena del sistema republicano, debemos aventar cualquier amenaza autoritaria en el país. Estamos en el Siglo XXI, hemos dejado atrás la argentina de 1891. Cambió la Argentina y el mundo. El cambio es constante y permanente. Consecuentemente han surgido nuevas necesidades y nuevos derechos. El radicalismo del Siglo XXI siempre inspirado en los principios rectores de los Padres Fundadores debe estar a la altura de las circunstancias para dar respuestas a las demandas contemporáneas. La sociedad argentina del Siglo XXI tiene nuevas demandas, los radicales ya no nos podemos quedar anclados en la nostalgia del pasado, en los logros de los tiempos pretéritos, no debemos contentarnos con citar a nuestros grandes prohombres partidarios, tampoco debemos contentarnos si en las elecciones aumentamos el números de Concejales, Intendentes, Legisladores y sumamos algún Gobernador. Debemos aspirar a Gobernar como radicales y desde una concepción radical la provincia y el país, impulsando un Proyecto Transformador y Progresista. Siempre hemos luchado por la libertad y la justicia social y en ese sentido como dijo Raúl Alfonsín en Madrid el 3 de abril de 1985:”Podría decirse que los radicales argentinos, somos en definitiva, viejos liberales y viejos socialistas”. Como corolario intento resumir el legado de la UCR al país: El Sufragio con el Primer Presidente Argentino elegido por la voluntad soberana del pueblo, los Derechos Sociales consagrados el artículo 14 bis de la Constitucional Nacional, la defensa permanente de la Unidad Nacional desde la fundación del partido a la fecha los radicales hemos dado prueba de ello, la defensa de las libertades públicas muchos de nuestros dirigentes fueron perseguidos y encarcelados por defenderlas, también la defensa irrestricta de los Derechos Humanos: el juicio a las Juntas por los Delitos de Lesa Humanidad es una prueba palmaria de ello, la Recuperación definitiva de la Democracia… y podríamos seguir. De los 66 años de vida que tengo en la actualidad 52 de ellos se los he dedicado a la UCR y a través de ella a servir con mis limitaciones a mi ciudad y mi país. Entiendo hoy que mi misión es ayudar a las generaciones que han tomado el testigo que nos legaron los Padres Fundadores del Partido, el radicalismo debe ser una fuerza convocante para lograr la justicia y el desarrollo en el país. Hay mucho por hacer. Debemos ser radicales en todo y en todo momento. El radicalismo no es una circunstancia, es una permanencia histórica. Siempre vuelvo al último de nuestros grandes líderes Raúl Alfonsín y con el digo: “El radicalismo constituye una continuidad, una renovación en la continuidad, que lo hace esencialmente igual a sí mismo. Alguien habrá que lo sacuda siempre que amenace estancarse: lo sacudieron los forjistas, Lebenshon, el Movimiento Revisionista de la Provincia de Buenos Aires, pero solo para recordar sus orígenes y los motivos de siempre.” Por lo tanto si el radicalismo se estanca las nuevas generaciones lo deben sacudir para recordar su origen y los motivos de siempre.”
Saladillo 26 de junio de 2021
CARLOS ANTONIO GOROSITO
Ex Presidente de la Juventud Radical de Saladillo, ex Secretario de la Juventud Radical de la provincia de Buenos Aires, ex Presidente del Comité de UCR Saladillo, ex Secretario del Comité de la provincia de Buenos Aires de la UCR, ex Presidente del Comité de la provincia de Buenos Aires de la UCR (2005-2007)
Ex Concejal (1983-1987), ex Diputado Provincial (1987-1991), ex Intendente Municipal (1991-2015).
Nota: Este escrito me fue solicitado por el Comité de la UCR de Saladillo con motivo del 130 Aniversario de la creación del radicalismo.